lunes, 20 de junio de 2011

26-05-11

              ¿Tendrá el propósito de amedrentar a nuestro teniente coronel esta decisión de EEUU de aplicarle sanciones a Pdvsa, como consecuencia de haber violado la disposición de las Naciones Unidas de no venderle gasolina y otros derivados a Irán? Esta ha sido una decisión que ha levantado roncha en nuestro país, si se parte del hecho de que por allá le están haciendo el juego a la política que lleva a cabo esta gente; una política basada en la provocación, y en una posición antiimperialista decimonónica, y así Chávez y su pandilla tienen para despertar la fiebre del nacionalismo, que es una bandera muy importante que ha sacado a relucir esta gente desde que viene la junta de nuestro teniente coronel con Fidel.
         Es además una postura muy trasnochada dentro de la trayectoria del chavismo; partiendo de que Chávez empezó siendo pitiyanqui; al comienzo de su gobierno, cuando aseguraba que sus ideas no tenían nada que ver con la revolución proletaria; que él más bien iba a estimular la iniciativa privada. Estoy hablando de la prehistoria de este régimen; cuando Chávez era aquel sujeto flaco, avellanado, óseo, que recién se había quitado los liquiliques, y se había puesto el traje presidencial. Era un Chávez totalmente absorbido por el sistema, como diría un marxista. De hecho, había viajado a los EEUU, en condición de presidente electo, y había sido recibido por el entonces presidente Clinton. Es más, en esa reunión le había asomado a éste la posibilidad de dolarizar la economía venezolana. De modo que aquí estamos frente a un trasnocho dentro de otro trasnocho, si partimos del hecho de que esas posturas antiimperialistas no signaban la ideología sino la de los hombres de la primera mitad del siglo XX, cuando el mundo se comenzó a dividir en dos grandes bloques de poder, cada uno con su radio de acción, y en ese radio, a nosotros se nos consideraba el solar de los EEUU.
         Es célebre a ese respecto la frase de Betancourt, quien consideraba que cuando los EEUU tienen gripe, la América Latina tiene fiebre, y esto por el grado de dependencia de cada uno de nuestros países, con respecto a la potencia del Norte: Centro América le suministraba bananas y frutas, en su conjunto; Cuba y algunas islas del Caribe azúcar; Colombia y Brasil café; Chile, Perú y Bolivia cobre y otros minerales industriales; Argentina  carne, y Venezuela el petróleo. Esto era la realidad de lo que constituía la geopolítica de nuestro continente, luego de producirse lo que se conoció como el reparto del mundo; situación    que se suscita a raíz de la primera Guerra Mundial, cuando emergen los EEUU como potencia mundial; viniendo a ser Cuba la oveja negra de la familia en la década de 1960, cuando llegó el comandante, y mandó a parar. Hay que reconocer que Cuba era para la época uno de los países más desarrollados de la América Latina, y esto por su cercanía con la potencia del Norte; una sociedad que dio escritores de la talla de Guillermo Cabrera Infante, José Lezama Lima, Carlos Alberto Montaner; con un periodismo que tuvo mucha influencia en la zona del Caribe, en especial, en Venezuela, con motivo de la aparición de una revista que se conoció como Bohemia, y que fue un órgano masivo; famosa, además, porque en ella dio los primeros pasos en el periodismo Rómulo Betancourt; aparte de que se fragua un líder de la talla de Fidel Castro, que encarna todo el mesianismo de la revolución proletaria, que de por sí era una cultura faústica, es decir, enciclopédica. En ese sentido, permítaseme la digresión, Marx consideraba que el socialismo científico no estaba sino destinado a las sociedades de capitalismo avanzado, si partimos de la idea de que éste pensaba que la potencialidad de una nación se medía por el grado de desarrollo de su tecnología, y es por esto que termina en su teoría concluyendo que, en última instancia, en el hombre lo que priva es la economía. Fue así como se llegó a la conclusión de que el imperialismo era la fase superior del capitalismo, y de allí esas posiciones antiimperialistas, que signaron mucho al hombre, sobre todo, de la primera mitad del siglo XX.
         Que ya no es el espíritu de nuestra época; donde ya no es la existencia de una política basada en un esquema bipolar lo que impera en el ámbito mundial; aun cuando, en esa lucha que implicó ese pulseo, un pulseo civilizatorio, lo que se conoció como la Guerra Fría, de esos dos grandes bloques que fueron EEUU y la URSS; el uno tratándose de imponerse sobre el otro, terminó venciendo el primero, y desmoronándose así el sueño de Carlos Marx. El mundo de hoy está basado en un esquema multipolar; primero, porque ya eso de reparto de colonias ha sido desfasado por la geopolítica moderna y la evolución que ha tenido el capitalismo, y, luego, porque hay otro nuevo grupo de potencias, que se agregan a las anteriores: EEUU, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Japón, Canadá. Este nuevo grupo de potencias está integrado por Brasil, Rusia, India,  China y Sudáfrica, y en lo particular se le conoce como el grupo BRICS, y esto es algo que el chavismo se niega a entender, y eso que nuestro teniente coronel proclama a cada instante que vamos a ser potencia.
         Así que el chavismo ha tenido la oportunidad de sacar su nacionalismo a ultranza con esta decisión de EEUU, y lo peor es que pretende remorder conciencias, rasgándose las vestiduras porque uno no los acompaña en esta impostura, e impostura porque los menos nacionalistas son ellos, cuando tenemos un jefe de Estado que le ha dado por hablar cubano. En efecto, no es propiamente un imperialismo el que ejerce Cuba sobre nosotros, en especial, Fidel; pero sí un colonialismo, y esto se observa en los efectos de enajenación de su identidad nacional que ha causado sobre la conciencia de nuestro teniente coronel, que se ufana ahora de usar ese sonsonete cubano de “¿eh?”.

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